Hace unos días, comencé a poner
mi lupa sobre los ex futbolistas. Desde el comienzo, lo primero que me surgió era de si debía llamarlos "ex", porque creo que nunca se deja
de ser futbolista. (me preguntaba si por acaso a un médico, -por poner un ejemplo- tras su retiro, se le llama ex
médico)
Pues bien, leyendo historias sobre
aquellos futbolistas a quienes hemos admirado, -más allá de los clubes a los
que prestó sus servicios-, por su estilo de juego, su generosidad, su elegancia
dentro del campo, me llamó la atención como muchos de ellos terminan
rápidamente enterrados en el olvido de la gente, como simples estadísticas, y
como también otros acaban con finales tristes y trágicos.
Creo que podríamos contar muchas
historias de futbolistas que han triunfado en el mundo de este maravilloso
deporte que es el fútbol siendo protagonistas de partidos imposibles,
conquistando goles inolvidables y hoy los vemos perdiendo el partido más
importante: el de su propia vida.
Algunas interrogantes se me
pasaron por mi cabeza:
¿Por qué muchos futbolistas
famosos terminan en la miseria?
¿Por qué nadie se ocupa de estos
“ídolos jubilados” ?
¿Por qué hay muchos futbolistas famosos,
ya retirados, que hoy están penando económicamente?
¿Qué nos hace tener la memoria
tan frágil para olvidar a estos ídolos referentes de nuestro fútbol?
¿Y qué pasa entonces con el
retiro?
Cuando un jugador llega
a una etapa en donde le cuesta entrenar, y comienza a sentir el desgaste, sea
por el ambiente, por las concentraciones, por una lesión, porque cumplió sus
objetivos, etc., o por su propia
elección de que se cumplió un ciclo , el
pensamiento del retiro, comienza a ganar la partida, y con ello, la
preocupación anticipada de cómo llenará después su vida.
También he observado casos,
donde el propio fútbol “lo retira”, porque su rendimiento es muy inferior a lo
que era “antes”. Como consecuencia, los dirigentes del Club, o hasta el propio
entrenador "deciden" que el futbolista ya no está en condiciones de
jugar.
Esta situación
generalmente se "disfraza" (algo muy común en el fútbol) de muchas formas,
como que el contrato es muy alto y el club no pasa por buena situación
financiera, o que hay que dejar "subir la nueva generación de jóvenes
talentos", o “hay que renovar el plantel”, entre muchas excusas más. Muchas veces, se repite la segunda opción y
esto lo hace todavía más cruel y dramático. Los hechos toman por sorpresa a un jugador que en su mayoría no tiene la
“preparación psicológica y emocional", haciendo que éste muchas veces se
sienta “descartable”.
Cuántos de nosotros, querido amigo lector,
hemos escuchado la frase "lo único que supe en mi vida es patear una
pelota" donde lo que podemos ver es que se agudiza en una realidad social
y económica de crisis.
Tan sólo un pequeño porcentaje logra
salvarse de esta “realidad” y sigue ligado íntimamente al fútbol, ya sea como
entrenador, periodista, gerente deportivo, empresario de jugadores, etc. pero lo que sí
está claro, es que el espacio a llenar es muy pequeño para la cantidad de
futbolistas en retiro.
Esa mayoría que queda afuera, se enfrenta a enormes dificultades para reinsertarse en nuestra sociedad. Se confrontan con
un "vacío" que impulsa en la mente de muchos de ellos, la idea del
suicidio, o buscan caminos de “escape” de su propia situación, como el alcohol
o las drogas.
Sólo unos pocos aventajan a
otros por el hecho de que desarrollaban alguna actividad comercial paralela a
su actividad como futbolista o prosiguieron sus estudios o se capacitaron.
Jean-Marc Bosman. Dio nombre a la ley que cambió las reglas de los traspasos en el fútbol. Hoy, es alcohólico |
En realidad, cualquier retiro de
una actividad puede ser "dramática" para un ser humano y como
consecuencia tener efectos psicológicos negativos, pero la verdad es que el
fútbol es una lente que aumenta y potencia desgracias y
desilusiones de la vida, es algo
“especial”, que hace de esta profesión, incomparable y única respecto a otras.
Ariel "burrito" Ortega. No pudo superar "la noche". Y el alcohol |
El futbolista es
abandonado o retirado, en la mayoría de los casos, no porque sea incapaz de
darse cuenta por sí solo que su carrera está llegando al final, (él mismo
en su cuerpo comienza a notar las diferencias que se le presentan con respecto
a algunos años atrás, su voluntad de entrenar y soportar concentraciones, ya no
es la misma; le cuesta mucho más que antes recuperarse luego del desgaste
lógico que conlleva un partido de fútbol. etc.), sino porque es muy difícil
abandonar una actividad a la que se ha entregado por completo, inclusive
“sacrificando” su propia familia, y
etapas importantes de su vida como la juventud, en la mayoría de los casos, y
de la cual se ha obtenido en líneas generales, éxito, fama, prestigio,
reconocimiento, y a veces una mejora sustancial de su situación económica, y
todo esto en un lapso muy corto de la vida, ya que el retiro de un futbolista,
salvo en contadas ocasiones, no va mucho más allá de los 37 años.
George Best: “Gasté mucho dinero en coches, mujeres y alcohol. El resto lo malgasté” |
Aquí es necesario abrir
un paréntesis para mencionar la influencia que tienen los medios de
comunicación sobre el futbolista; (a pesar de que ese jugador generalmente dice
no escuchar ni leer nada que tenga que ver con el fútbol), y también de sus fanáticos.
Para tratar de ser más
claro, tomaré como hipotético ejemplo un jugador de fútbol que tenga más de 30
años, y al que luego de un partido donde su labor futbolística haya sido muy
buena, le lloverán elogios tales como: "jugó con la madurez que se necesita", "le sobró con su experiencia", "demostró por qué
sigue vigente", etc, pero uno presume
también que si el mismo jugador una semana después tiene un bajo rendimiento,
las críticas dirán algo así como: "le pesan los años", "está
falto de reflejos", "tendría que dar paso al costado", “está robando el dinero”, etc.
Christian Vieri .20 años de carrera.Llegó a ser uno de los mejores delanteros del mundo. Confesó estar arruinado económicamente. |
Luego de estos vaivenes
que los futbolistas están acostumbrados a padecer, cabría preguntarse, ¿quién
se ocupa de este ser humano (porque recordemos que lo son) que en la actualidad tiene por
profesión ser futbolista, y que en poco tiempo dejará de serlo? La respuesta la
sabemos: nadie.
Entonces sobreviene el
retiro; y es aquí donde comienza la etapa más difícil, que es
justamente empezar a convivir con el prefijo “ex”, ya que de la noche a la
mañana, se convierte en un desocupado, pero no un desocupado tradicional que
puede tomar la sección “empleos” del diario y salir a buscar un trabajo similar
al que desarrollaba anteriormente, sino que es un desocupado, sin otro oficio que el de ser futbolista, y donde en muchos casos ni siquiera le agradecen por tantos años prestando servicios al club, sino que, por
el contrario, lo que predomina es el silencio
y la indiferencia.
Cuando se le pregunta a
futbolistas entre 17 y 20 años de edad, es decir que son aquellos que recién
están empezando su carrera profesional, que es lo que piensan hacer cuando se
retiren del fútbol, la mayoría de las respuestas son algo así: "pero
como voy a pensar en el retiro, si recién estoy comenzando, ya voy a tener tiempo de pensar en eso".
Al preguntarles a los
que tienen entre 23 y 28 años aproximadamente, y que por lo tanto, ya hace
algunas temporadas que están jugando como profesionales, en general las
respuestas que aparecen en líneas generales son: "pero como voy a
pensar en el retiro, yo ahora estoy pensando en hacer una buena temporada, o
salir campeón, para lograr ser transferido a Europa, y poder hacer “la
diferencia económica”, y salvar a mi familia, ya voy a tener tiempo de pensar
en eso".
Thierry Henry |
Ya en los mayores de 30
años, la sorpresa es mayor seguida de signos de fastidio, y dichos tales como "¡Paren un poco! ¿Ya quieren retirarme?, déjenme disfrutar los últimos años de fútbol,
ya voy a tener tiempo de pensar en eso", “tengo físico para algunos años más”
“Existen condimentos básicos para sazonar un
plato que incluye enfermos, soledad e indiferencia. Actualmente no existe ninguna Institución que los reúna, que
los aglutine, que se acuerden de ellos una vez que abandonaron la actividad, (o
la actividad los abandonó a ellos) y se "jubilaron" tan jóvenes”.
Hasta ahora no conozco, una Casa del Ex-futbolista, donde puedan sentirse apoyados integralmente, además de orientados a la etapa de su retiro. En mi opinión, debería haberla y eso no tiene nada que ver con las gremiales de futbolistas, aunque sería una excelente iniciativa por parte de ellas. Para ello además la propia casa podría orientar sobre este tan delicado asunto, desde las bases, y no esperar al retiro.
La
organización, la planificación a largo plazo, el orden, la metodología
científica, la actualización, no son las principales características enmarcadas
en el fútbol latinoamericano. Muy por el contrario, nos encontramos con que la
realidad nos presenta una serie inmensa de lagunas y aspectos improvisados que
a la larga provocan toda clase de conflictos.
Uno de esos conflictos generados, es la
angustia personal, y la incertidumbre de miles de jugadores de fútbol que
apostaron a este deporte como carrera y al finalizarla, se encontraron con las
manos vacías.
Creo que nadie
les dijo el 99.86% de los jugadores no “se salva” económicamente con el fútbol.
Nadie les dijo que menos del 1% hace “la diferencia”.
La sensación de
soledad, la bronca, la certeza de que en alguna medida han sido estafados o
engañados por una maquinaria de la que nadie se hace responsable, los embarga a
la enorme mayoría cuando pasan los 30 años de edad y los entrenadores y el
público en general ya los consideran “viejos” o veteranos.
De esta manera desde la niñez, desde las
etapas formativas, hay que concientizar a todos los amantes del fútbol que
sigan siendo amantes del fútbol, pero que no se casen con el fútbol. El estudio
y la preparación en otros terrenos sí deben ser la prioridad para el niño y el
joven. Los padres deben decir la verdad al respecto y no entusiasmarse con
casos de éxito propagados por los grandes medios de comunicación. El exitismo
es muy riesgoso.
Como si esto fuera poco, debemos combatir el
preconcepto ignorante que contrapone al fútbol con el estudio. No sólo el
estudio no se contrapone a la práctica de este deporte, sino que lo enriquece.
Pobre de aquel
que desestimula las ganas de aprender, el deseo de conocer, las ganas de
perfeccionarse.
Apostemos a no tener miedo. Apostemos a
emprendimientos modernos, científicos, audaces. Necesitamos crecer y no
necesitamos inventar los valores básicos para lograrlo. Están dentro
nuestro.
Hasta la próxima...reflexión
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